La Unión Europea sigue buscando fuera una salida al problema de las migraciones. Al Nuevo Pacto de Migración y Asilo alcanzado entre los Estados miembro en diciembre, y que diversas entidades católicas calificaron de decepcionante, se suma ahora la noticia del paquete de ayudas de 200 millones de euros que va a conceder a Mauritania para el control de fronteras. El acuerdo tiene especial relevancia para España, porque de las costas de este país africano parte actualmente más del 80 % de los migrantes de la ruta canaria.

«¿A quién se lo van a dar concretamente? ¿Y para hacer qué? ¿Servirán para generar proyectos de desarrollo o dar trabajo a la gente y fijar así la población en sus lugares de origen?», se pregunta Xabier Gómez, director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Prefiere no opinar «sin conocer la letra pequeña. Y me temo que al respecto habrá opacidad».

«Por desgracia, ese dinero no va a servir para frenar los flujos migratorios, ya que la desestabilización económica y social de los países de origen sigue activa», abunda Daniel Martínez, responsable de Comunicación del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM). «Es la falta de recursos básicos de supervivencia lo que hace que las personas huyan». En este sentido, «la gente va a seguir intentado llegar al continente por vías cada vez más inseguras, que pondrán en riesgo su integridad física y su vida», señala. De esta manera, aunque disminuyan las llegadas a Canarias «probablemente aumentará el número de desapariciones y naufragios en el mar». En definitiva, «este es un paso más hacia la externalización de las fronteras de la Unión Europea y hacia la creación de Europa como una fortaleza que intenta evitar la llegada de más personas y que, cuando lo logran, apuesta por la expulsión en lugar de por la inclusión».

La noticia del acuerdo con Mauritania llega en la misma semana en la que el Departamento de Migraciones de la CEE ha difundido una Guía de recursos para migrantes, en la que recopila en un solo documento todos los servicios que tiene la Iglesia católica para su acogida, protección e integración en España. El objetivo es doble: «Reunir la mayor información posible de la labor que hace cada institución y ponerla a disposición de todos», afirma Xabier Gómez, y ofrecérsela a los migrantes «para que puedan acceder a toda la orientación y protección que puedan necesitar a su llegada a nuestro país».

Fuente: alfayomega.es