El Observatorio cuenta con una nueva e importante incoporación para su trabajo en la defensa y promoción de derechos humanos en relación a las migraciones.  Esther Santana es una dominica que colabora con la Delegación de Migraciones de Caritas-Gran Canaria, trabajando en red con ella y con entidades afines, nos haremos eco de sus demandas y profundizaramos en lo que hay detrás de la llegada de migrantes y de la desastrosa ley de extranjería y políticas europeas respecto la gestión de los flujos migratorios. Esto es lo que Esther nos relata:

“Imagino que ya conocen la situación que vivimos en las islas Canarias y de forma particular en la isla de Gran Canaria, puesto que la mayoría de las pateras llegan a esta isla o son desviadas a ella.

Desde el comienzo de la pandemia han llegado a las islas alrededor de 19000 personas, incrementándose en los últimos meses las llegadas, con un promedio de 300 personas diarias. En el mes de marzo el juez de vigilancia del CIE ordenó su cierre por considerar que no reunía los requisitos de higiene que la pandemia requería.

A partir del mes de agosto con el aumento de llegadas, se habilitan unas carpas en un trozo del muelle de Arguineguín, en unos 400 m2. Como el nivel de salidas de ese lugar habilitado en principio para hacer los trámites necesarios en las primeras 72 h no coincide con el aumento de llegadas. Se han llegado a ver hacinadas en ese espacio cerca de 3000 personas hace unas pocas semanas. Alrededor de 8000 personas se encuentran alojadas en alojamientos turísticos, y lo que comenzó siendo algo temporal, ya va para 4 meses.

En el último mes se han ido celebrando distintas manifestaciones y concentraciones en Arguineguín, tanto de corte xenófobo como reivindicando los derechos de las personas migrantes. También se ha ido visibilizando más la situación a nivel del territorio español y los propios políticos empiezan a recriminar unos a otros la inmovilidad.

Hemos recibido varias visitas de ministros, llegando a prometer que este muelle se va a desmontar en breve, pero aún siguen habiendo más de 1000 personas en él. Las nuevas respuestas son : habilitar un espacio militar en un barranco (en medio de la nada) con carpas militares para 800 personas; y se están habilitando nuevas instalaciones militares.

¿Y mientras qué podemos hacer? Estamos recibiendo la visita de distintas personas: políticos, medios de comunicación, observadores, …que quieren conocer de primera mano la situación que se está viviendo. Estamos intentando acompañarles e informarles en todo lo que está en nuestra mano.

También movilizándonos para acercarnos a algunos chicos que han quedado fuera del sistema de “acogida” y que están de okupas en un local, con el fin de proveerles de alimentos y ropa.

Desde hace dos semanas no podemos continuar con las visitas al CIE, según ellos por medidas Covid, y sólo puede entrar el capellán. A día de hoy hay 15 chicos de Senegal, Costa de Marfil.

Desde la Delegación de Migraciones de la Diócesis, intentamos acompañar a las comunidades parroquiales en la sensibilización de la situación, puesto que hay una corriente xenófoba que está en aumento y detectamos que apoyada incluso por los propios cristianos”.

Esta es a groso modo la situación que estamos viviendo.

 Esther Santana, dominica.

Las Palmas de Gran Canaria, 28 de Noviembre de 2020