La Comisión Europea acaba de presentar un paquete de ideas dirigidas a favorecer la llegada legal de migrantes a la Unión Europea y a “maximizar el potencial de la movilidad de talento” hacia los sectores más demandantes. La idea es que funcione como un “Tinder de la migración laboral, tal y como explica la comisaria de Interior, Ylva Johansson, en su visita a España. Buscan, por ejemplo, que se cree una plataforma que “empareje” a migrantes en búsqueda de empleo desde sus países de origen con empresas europeas con vacantes en las que pueda encajar su perfil.

“Es una forma de poner en contacto extranjeros con empresas que necesitan su talento“, asegura Johansson. Esta, y el resto de ideas presentadas, van dirigidas a reforzar la migración legal y a paliar la caída de población trabajadora que se espera de cara a los próximos años. “Si ahora tres personas apoyan a un pensionista, en el año 2050 habrá dos trabajadores para cada pensionista. Tenemos que ser francos: Europa necesita a la migración, asegura.

El Ejecutivo comunitario asegura que el 75% de las pymes europeas se quejan de que no encuentran los perfiles que requieren para cubrir algún puesto en su empresa. Con estas iniciativas quieren mejorar la movilidad laboral y sumar posibilidades a la captación de talento y personal cualificado. Para ello, Bruselas plantea circunscribir la plataforma a aquellos sectores en donde hay una “clara demanda” en la Unión Europea, como la construcción, la tecnología, la transición ecológica o el sector sanitario y de cuidados. En total, son 42 profesiones.

Distintas capacidades

Esta “política de migración bien impulsada mejora la economía, cubre los vacíos laborales fortaleciendo sectores críticos y contribuye al sector económico”, según señala la secretaria de Estado de Migraciones, Isabel Castro, que recalca la importancia de la relación entre la política migratoria y el envejecimiento. Es crucial, en su opinión, para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.

Pero más allá de los beneficios económicos, la comisaria de Interior apela a la emoción. Recuerda cómo, en París, la mejor baguette no la hace un francés, sino un ciudadano de Sri Lanka, Tharshan Selvarajah. Cómo dos tercios de los basureros de Mannheim, Alemania, son migrantes que llegaron de Bosnia, Turquía, Macedonia del Norte o Sudán. O cómo un chico de Gambia llamado Mamadou está aprendiendo a conducir un tractor en una explotación agraria en Cataluña porque los payeses necesitan profesionales con habilidades y capacitaciones para que la agricultura siga funcionando. “Sin migrantes, Europa se paralizaría. Y los países de origen también sufrirían, perdiendo los 65.000 millones de euros en las remesas que se envían cada año”, asegura.

La comisaria apuesta por “reconocer que hace falta personal con capacidades muy diferentes“. Apunta que es más fácil para una persona con estudios encontrar trabajo en otro país, pero mucho más difícil para quienes tienen una cualificación baja o falta de experiencia. Por eso, también plantean facilitar a los jóvenes de países no miembros que puedan formarse y adquirir nuevas aptitudes, al menos un año, en la Unión Europea.

Discrepancias sobre la migración ilegal

“Mucha gente está encantada de venir a trabajar y muchas veces la única ruta que tienen es a través de cayuco. Cada día hay personas haciendo un esfuerzo e intento por cruzar mares a través de una ruta mortífera. Por eso, pronto presentaré nuevos planes que buscan acabar con las mafias que tienen las manos manchadas de sangre”, asegura.

Este discurso puede chocar, como opina el eurodiputado Damian Boeslager, con el cierre de fronteras y con las dificultades de miles de personas para pedir asilo en los países de la Unión Europea. “Cuando hablamos de migración laboral, no podemos caer en la ilusión de que aumentando este tipo vamos a evitar que la gente huya y busque refugio. No vamos a conseguirlo”, opina.

Con todo, Johansson se mantiene firme: “Los que tienen derecho a quedarse son los que han venido por vías legales. Necesitamos gestionar la migración de forma ordenada”, afirma.

Luchar contra el racismo

En lo que sí hay una firmeza en común entre los representantes de la Unión Europea es en que el racismo empieza a ser un problema en varios países. “Es un obstáculo enorme para ser atractivos en esta carrera mundial a favor de las habilidades”, asegura Johanssen. El eurodiputado Javier Moreno apuesta por “ganar la narrativa” a los que alientan ideas discriminatorias. Por ejemplo, con cifras. Unas 300.000 personas que han llegado de manera irregular a Europa este año. Ni aunque cerrase diciembre con el medio millón se podría hablar de la “invasión” que algunos venden, más cuando en la Unión Europea viven unas 450 millones de personas.

“En tres meses acogimos cinco millones de ucranianos. ¿Ha habido más paro? ¿Más violencia? No. Por eso tenemos que ver si esto se trata de un problema de color de piel o de religión. Sea como sea, hay que ganarle la narrativa a la extrema derecha“, incide Moreno.

Fuente: diariodemallorca.es