“No queremos hacernos portavoces, sino hacer un ejercicio de escucha. Y es muy importante hacerlo ‘con’. Porque la Iglesia en España ya está construyendo el futuro de migrantes y refugiados”. El responsable del Departamento de Migraciones, Xabi Gómez, op, presentó algunas de las claves de la 108 Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que se celebra este domingo.

“La principal ‘obsesión’ de nuestra pastoral es dejar de mirar a las personas migradas con ese prejuicio de ‘migradas’, para tener con ellas una relación de iguales. Son personas miembros de nuestra comunidad, hermanos en la fe, vecinos, ciudadanos, son parte de nuestra realidad”, subrayó el dominico en una presentación- desayuno previa a la celebración de la jornada.

Qué preocupaciones tiene la Iglesia respecto a los desafíos de las migraciones en España? Xabi Gómez apuntó a la ILP sobre la regulación de personas migradas. “Es fundamental apoyar cualquier iniciativa que contribuya a la adquisición del derecho al trabajo, porque para facilitar la integración se hace siempre a través de un trabajo digno”, y así evitar que “la precariedad se cronifique”.

Vulneración de derechos y discurso del odio

“No nos podemos quedar tranquilos mientras una sola persona esté muriendo en el mar, como sigue sucediendo, no podemos callar reclamando otras políticas, otra manera de regular los flujos migratorios”, señaló, incidiendo en la necesidad de poner en el centro la dignidad de la persona y el bien común de la sociedad. Por eso, “nos preocupa la vulneración de derechos, y lloramos con las familias que pierden la vida en el mar, o no tienen derecho a hacer un duelo para despedir a sus seres queridos”.

Ese discurso del odio “nos preocupa mucho”. “En el fondo es muy fácil hacer este discurso de buscar un chivo expiatorio”, lamentó. “La alternativa es contar las historias positivas, y darle la vuelta al relato. Hay una historia por redescubrir sobre lo que aportan las migraciones a la sociedad”. Los estudios apuntan a que, en los próximos años, España ‘necesitará’ siete millones de migrantes jóvenes.

“No se pueden poner puertas al mar, hay que gestionar las situaciones de la mejor manera posible”, recalcó Gómez. “No es tanto un problema de racismo, sino de aporofobia. Tenemos miedo del migrante no porque sea de otra raza, sino porque es pobre”, subrayó.

Migrantes de primera y de segunda

Sobre el Reglamento de Extranjería, Gómez destacó que “son pasos en la buena dirección, pero no son suficientes”. “Esa reforma pudiera ser algo más ambiciosa”, y parecerse más a lo que se ha hecho en el caso de los refugiados ucranianos, que lograron de inmediato el permiso de trabajo.

Tal vez nos identificamos, o hay una percepción, de que se considera más ‘nuestros’ a refugiados de nuestro color o de nuestro continente. Pero no hay migrantes de primera o de segunda, y todo el mundo tiene derecho a pedir asilo y protecci´òn, independientemente de su origen y religión”.

No a los CIES

Otra “frontera dentro de nuestras ciudades” es la situación en los CIE. “La Iglesia aboga por el cierre de los CIEs y por otra solución”. Porque “la migración no es un problema, sino una oportunidad”, que está “revitalizando la economía, las comunidades cristianas. La diversidad cultural revitaliza nuestras comunidades, la vida consagrada, el presbiterio…”. Es muy importante “cuidar esta visión” y “transmitir narraciones positivas respecto al fenómeno migratorio”, apuntó el responsable de Migraciones de la CEE.

“Para nosotros, un migrante no es objeto de manipulación. No se puede usar la imagen del migrante como un invasor, como alguien peligroso, porque la realidad es muy tozuda”

“Cuidado con la ideologización del dolor de los migrantes para un enfrentamiento político, o un uso partidista“, denunció Gómez. “Para nosotros, un migrante no es objeto de manipulación. No se puede usar la imagen del migrante como un invasor, como alguien peligroso, porque la realidad es muy tozuda”.

‘Llenar’ la España vaciada

¿Cómo mejorar esta relación? “Muchas veces son nuestros vecinos, y son desconocidos, por eso hay que trazar puentes”. Como la Mesa del Mundo Rural. “El Papa nos ha recordado la oportunidad de revitalizar el ámbito rural con las familias migradas. La experiencia nos dice que encontramos familias, y que cuando se acompaña la experiencia, funciona, y las familias se encuentran a gusto en los pueblos”.

Respecto a la crisis de Ucrania, “nos ha demostrado que cuando se quiere, se puede”. “Este fondo de bondad y solidaridad es una gran oportunidad para la construcción de la civilización del amor”, recalcó Xabi Gómez, quien pidió “escuchar lo que necesitan las personas migradas” antes de formular leyes o establecer prioridades.

Fuente: religiondigital.org