Desde que se reabrió el CIE de Aluche tras el período en que estuvo cerrado durante el confinamiento domiciliario, el Observatorio junto a otras entidades, retomamos las visitas y volvemos a encontrar vulneraciones de derechos.

Como ejemplo de esta realidad  en el CIE y de nuestra labor en la promoción de derechos humanos, el Equipo de visitas al CIE de Aluche comparte el relato de unos HECHOS recogidos en una queja enviada al juzgado pertinente.

PRIMERO.- Que el día X  de diciembre varios internos nos comunicaron a través de mensajes de WhatsApp y un escrito que adjuntamos (Documento n.º 1) que un interno había sido agredido en los baños y que posteriormente, tras desmayarse, fue llevado de urgencias a un hospital.

SEGUNDO.- X, relata hoy día X de diciembre, que sufrió agresiones por parte de agentes de la Policía como declara en el escrito (Documento n.º 2)  y que tras estas agresiones tenía diferentes marcas en su cuerpo, tal y como se puede observar en las fotografías que nos ha hecho llegar en el día de hoy (Documento n.º 3).

En su escrito, refiere no haber sido atendido por el servicio médico del CIE en el momento de la agresión “me dijeron que estaba bien y no iban a hacer nada”“llamaron al hospital para ser trasladado y valorado en psiquiatría”. Tal y como relata en su escrito fue llevado al hospital y valorado por el servicio de psiquiatría, quién emitió un informe que le fue sustraído por la policía al ingresar nuevamente en el CIE “El psiquiatra me hizo un informe médico sobre las lesiones” y “al volver los agentes de policía me lo pidieron y se lo di, posteriormente se lo pedí y no me lo dieron luego lo pedí a servicio médico y tampoco me lo dieron”.

En el escrito de denuncia que aporta X relata que además fue agredido por un agente del turno de tarde al entrar en el CIE “Al entrar con el agente del turno de tarde del día 12.12.2020 me pegó dos bofetadas sin haber hecho nada y me dice que no vuelva a suicidarme”. X. resalta que en ningún momento intentó suicidarse y reclama que se haga justicia “No he hecho nada ni quiero suicidarme, es un mal en mi cultura. Por favor quiero que se haga justicia”

TERCERO.- X nos ha contado que sus compañeros X y  X. oyeron los gritos desde fuera y que podrán prestar testimonio tan pronto como lo soliciten en el juzgado.

CUARTO.- Asimismo X nos ha hecho llegar informes médicos anteriores al día en que denuncia supuestas agresiones y fotografías de su cuerpo que muestran que tiene problemas dermatológicos y de movilidad que le producen dolores, inflamación y lesiones visibles. (Documento n.º 4).

Seguiremos denunciando con los medios a nuestro alcance estas y otras vulneraciones de derechos. Estas quejas se realizan en base a relatos de los internos  y tras una verificación de los hechos corraboradoros por otros testimonios. No resulta fácil articular la defensa y custodia de los derechos de los internos cuando se dificulta la comunicación con ellos, la presencia de traductores de árabe, cuando desde dentro a menudo reciben amenazas si se quejan, cuando son deportados como resultado de sus quejas o en medio de las mismas. Para cuando reacciona el juzgado u otras entidades, muchas veces es tarde y cuesta retomar el contacto con los deportados.Y es frecuente que si se abre una investigación el interno sea puesto en libertad o sea deportado lo antes posible para evitar que continúe su causa. En todo caso, corresponde a las autoridades competentes garantizar los derechos de las personas internas y a nosotras y nosotros seguir trabajando por un cambio en las leyes y políticas migratorias que conlleven el cierre defintivo de los CIEs y otro modo de gestionar el derecho de las personas y los pueblos a la movilidad.