Los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española han hecho público su mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se celebra el domingo 24 de septiembre.

La jornada de este año aborda las causas del aumento de los flujos migratorios en todo el mundo. «Como Iglesia, nos duelen estas heridas que afectan a tantas personas y hermanos nuestros y nos preguntamos qué estamos haciendo o qué debemos dejar de hacer para globalizar la corresponsabilidad que garantice un desarrollo humano integral y sostenible para las próximas generaciones en todo el planeta», afirman los obispos en su mensaje.

En el texto, los obispos quieren compartir algunos signos de esperanza para los que deciden migrar a España: muestran cómo se está conformando un «nosotros integrador que promueve comunidades acogedoras y misioneras» donde crecer en la experiencia de Dios, en comunión y en participación» y ponen el ejemplo de las personas que trabajan en la pastoral con migrantes: «Ellos contribuyen a encarnar el rostro de una Iglesia samaritana, mostrando el rostro del Dios de Jesús en los migrantes».

Recuerdan cómo se ha puesto en marcha en las diócesis «los Corredores de Hospitalidad para promover la espiritualidad y la cultura de la hospitalidad, el patrocinio comunitario y la solidaridad interdiocesana» y proponen cuidar la Mesa rural que puede «contribuir al arraigo de familias migradas y al futuro de los pueblos y del campo», además de fomentar «la creatividad y el trabajo en red a favor de una repoblación sostenible».

En el mensaje, hecho público hoy, los obispos destacan la experiencia de los últimos años y reconocen que «los migrantes son condición de futuro de nuestra Iglesia». Invitan a no dejarse contaminar por «comportamientos racistas a nivel individual o estructural» y proclaman: «Siempre diremos no al racismo».

«Consideramos que es preciso un nuevo modo de abordar las migraciones, ordenando los flujos migratorios, garantizando todos los derechos desde los países de origen, tránsito, en las fronteras, en el mar y en todo el territorio nacional. Cuando sea preciso activarlos, insistimos en el valor de los corredores humanitarios», aseguran los prelados que creen que «la mejor manera de luchar contra las mafias es una migración ordenada».

 

Fuente: alfayomega.es