Texto Denuncia de Red de Acogida de Irún.
Somos un grupo de ciudadanos voluntarios que creamos La Red de Acogida de Irún. Históricamente, Irún ha sido de paso, cada día pasan decenas de personas desde Irún intentando cruzar la frontera para llegar a Francia. Sin embargo, en verano de 2018 comenzamos a organizarnos de forma solidaria debido a la situación de los migrantes abandonados y sin derechos en la estación de tren de Irún. Veíamos una problemática, las personas migrantes estaban en la calle porque les bloqueaban la frontera o porque al llegar a la frontera los volvían.
En la actualidad, los migrantes en tránsito disponen de un albergue para cobijarse durante un tiempo determinado y antes atravesar de la frontera, pudiendo alimentarse y asearse en ese lugar. Se trata de un refugio gestionado por Cruz Roja y en estos momentos, ofrecen cobijo de tres días a cada persona y si no consiguen cruzar la frontera durante esos tres días, se quedarán lugar al que acudir.
¿Qué pasa con este refugio? El centro la gestiona la Cruz Roja bajo las órdenes del Ministerio del Interior español, según sabemos. El problema es que algunos migrantes pueden entrar y otros no, aunque tengan una situación y una casuística que aparentemente es igual. Aunque hay sitio para todos y la mayoría de los días muchas de las camas queden libres, hay unos criterios que no son públicos para que las personas sean o no admitidas. Tenemos contacto directo con las personas migrantes y en el marco de tres años de actividad hemos ido deduciendo los criterios, pero queremos denunciar la falta de información en este servicio público, la falta de transparencia.
Además, nos parece que no tienen en cuenta diferentes situaciones, ya que quedan fuera las personas que se encuentran en estas situaciones. Por un lado, están los “dublinados”, es decir, los que han entrado a Europa por las fronteras españolas, que han empezado a construir su vida en otro país europeo y que en el momento de solicitar asilo allí, han sido deportadas por la policía a Madrid por medio del “procedimiento de Dublín”. Por otra parte, tampoco pueden acceder al centro quienes, hayan permanecido en el Estado Español más de un año porque no podían salir de las zonas de retención para migrantes de Ceuta y Melilla o Canarias, o simplemente quienes lleven más de un año en España por algún otro motivo.
Por último, están los menores de edad. Los menores, en muchas ocasiones, están solos en el proceso migratorio, pero ya tienen algún miembro de la familia en el lugar de destino. Estos suelen ser llevados a diferentes estructuras para los migrantes con la intención de protegerlos, sin embargo, a veces su objetivo no es entrar en el sistema, su objetivo es llegar a un lugar concreto. Cuando llegan a Irún, al tratarse de personas que deben ser protegidas por el estado, el personal del albergue llama a la Ertzaintza para enviar a esta persona a un centro de urgencia de menores de edad. Sin embargo, este menor huye muchas veces de este centro porque su objetivo es continuar con el proceso migratorio y se queda en la calle. En otros casos, los trabajadores no llaman a la policía, con la intención de respetar la intención de esta persona, pero entonces estará también en situación de calle aumentando la vulnerabilidad o desprotección.
Al margen de los criterios, nos gustaría denunciar la actuación de Cruz Roja porque están pasando cosas muy graves. No prestan ningún tipo de asistencia sanitaria, los trabajadores no tienen competencia para administrar medicamentos a nadie, eso es comprensible, pero cuando una persona está grave de salud no llaman ni una ambulancia. Nos parece muy grave que una organización de trabajo humanitario relacionada con la salud no preste este tipo de atención a los migrantes que llegan en condiciones precarias (en la mayoría de los casos) debido a la difícil trayectoria que llevan. No es no dispensar un fármaco, es denegar la ayuda, denegación de auxilio.
Como ejemplo, a principios de septiembre, tuvimos que trasladar a un migrante al hospital en un estado de salud muy grave, después de que el centro de la Cruz Roja lo dejara en la calle para no cumplir los criterios. Esa noche tuvo que ser operado dos veces. El centro aceptó que esta persona pasara el posoperatorio en el albergue, y en el momento que trasladaron el migrante allí, le dijeron que no era un lugar para él porque no cumplía los criterios. Así, tuvo que dormir en la calle los días del postoperatorio. Más allá de los criterios, le ha sido denegada la ayuda sanitaria una persona enferma por una organización de “acogida integral”.
Creemos que todas las personas tienen derecho a una acogida digna. Como la gestión del centro depende del Ministerio del Interior español, nos dirigimos al Congreso de los Diputados para pedir que cambie esta situación. Por un lado y en la medida en que el servicio es público, pedimos que se hagan públicos los criterios de acceso al albergue. Por otro, pedimos un cambio en el modelo de gestión de la Cruz Roja. Deberíamos tener la obligación de ayudar. Estas personas sufren daños colaterales de no tener políticas de acogida dignas. Por ello, exigimos más y mejores políticas de acogida para las personas migrantes que estén en tránsito o se quedan en nuestro territorio.
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