Más de la mitad de los niños y niñas que huyen hacia Europa afirman sentir peligro durante sus largos viajes a manos de traficantes de personas, agentes fronterizos y policías, desvela un informe de Save the Children publicado este jueves. La publicación del documento coincide con las negociaciones de los Estados miembro de la Unión Europea para aprobar el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo.
Tras hablar con más de 500 menores procedentes de 16 países, Hope and harm (Esperanza y daño) revela que el 56 % de los menores de Asia, Oriente Medio y África sintieron peligro en su traslado a Europa: tres de cada cuatro lo atribuyeron a encuentros con la Policía, uno de cada dos a funcionarios de fronteras y seis de cada diez a contrabandistas.
En el caso de Ucrania, tan solo el 18 % de los niños refugiados encuestados se sintieron en peligro al huir a otros países europeos y ninguno citó amenazas. Pero afirmaron sufrir acoso, perder la confianza en sí mismos y echar de menos a sus padres en los países de acogida. Algunos de ellos señalaron que su acogida ha cambiado con el tiempo: «Si vas por la calle hablando ucraniano o ruso pueden meterse contigo. Tenemos palabras malsonantes escritas sobre Ucrania cerca de nuestra escuela».
Niños de países como Afganistán y Siria declararon haber sido golpeados y amenazados por funcionarios de fronteras y haber dormido en bosques y montañas. Omar, sirio de 18 años, asegura que su traslado desde Turquía a Grecia «fue peligroso. Lo intentamos tres veces. Algunos fueron secuestrados o golpeados por la Policía». Omar huyó de Siria cuando tenía 9 años junto a sus hermanos. Para intentar llegar a Grecia subieron a una embarcación hinchable abarrotada, que se hundió a 20 metros de la costa. «Era pequeño, no sabía nadar y era muy profundo [el mar]. Gracias a Dios no murió nadie», dice el menor en la encuesta. Finalmente consiguió llegar a Suecia, donde ahora tiene la nacionalidad: «Nadie elegiría morir [de camino a Europa] si no fuera peligroso vivir en su país de origen». Aun así, muchos de los menores encuestados afirman sentirse más seguros en su país de acogida que en su país de origen. Uno de ellos dijo que ahora «no hay bombas ni cohetes».
Desde Save the Children señalan que el Nuevo Pacto de la Unión Europea sobre Migración y Asilo prioriza cerrar las fronteras y no protege a las personas, incluidas las familias y los niños que escapan de la violencia, los conflictos, el hambre y la muerte mientras buscan protección en Europa. Con el nuevo sistema, los niños y niñas que llegan de forma irregular al continente se enfrentan a la posibilidad de ser detenidos y a limitaciones en su libertad de movimiento, lo que afecta negativamente a su acceso a servicios básicos como la protección, la educación y la salud. «Se trata de un escándalo que debe terminar», afirma Andrés Conde, director general de la ONG.
Fuente: alfaomega.es
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