Las organizaciones que luchan contra la trata de personas, fundamentalmente de mujeres y niñas, expresan su preocupación por lo que no se sabe y el hecho de que “por cada víctima que florece, 20 quedan sin asistencia”. Es uno de los datos facilitados en un encuentro profesional de coordinación en materia de lucha contra la trata con fines de explotación sexual que se celebra en Zaragoza.

El delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, ha reconocido que se busca dar visibilización a un problema que “pasa desapercibido”, precisamente por la cantidad de víctimas ocultas, fundamentalmente mujeres. Beltrán alerta de que no solo hay fines sexuales. Detrás de estos delitos se esconde la explotación laboral, para la mendicidad, los matrimonios forzosos y, en determinados países, el tráfico de órganos. “Es necesario mostrar la dimensión del problema, en todas sus vertientes explicando en qué consiste el delito, cuál es el papel de la ciudadanía y cuál es la repercusión que ha tenido la tecnología en las relaciones y comunicaciones”, añade. Precisamente, ha dicho que las redes sociales e internet son “el contexto número uno” en la captación.

Romper mitos sobre la prostitución

La directora del área de mujer y lucha contra la trata de Diaconía España, Eva Márquez, ha puesto sobre la mesa el problema de la prostitución y la necesidad de que se “desmitifique” y se “rompan los mitos sobre el que están ahí porque quieren”. Añade esta profesional que la prostitución es “una de las formas más crueles de violencia de género, que se nutre de la trata”.

Pide unidad ante el problema como camino a seguir para lograr éxito en el futuro. Insiste en que si no se acaba con la prostitución, no se va a acabar con la trata y si no se legisla bien y no se abordan todos los delitos conexos que alimentan la trata, “es difícil avanzar correctamente”. Márquez considera necesario avanzar hacia la legislación abolicionista y dejar claro ante la opinión pública que se trata de una vulneración de los derechos humanos.

Según Márquez, si se legaliza la prostitución, “lo único que se hará es que un proxeneta sea un empresario” y ha advertido que no se trata de “perseguir por perseguir, prohibir por prohibir o penar por penar”, sino que se necesita una ley para cambiar la cultura y la conciencia frente a esta práctica. Ha puesto de ejemplo a Suecia, primer país en dotarse de una norma abolicionista, donde ya desde la infancia ven la prostitución “como algo aberrante”.

Fuente: cartv.es