La Conferencia Episcopal Española dispone de un departamento de trata de personas con el fin de buscar intergrar a la sociedad a aquellas mujeres que fueron o son víctimas de trata.

La Iglesia atiende a un total de 24.000 mujeres víctimas de la trata gracias a los más de 120 centros con los que disponen, donde trabajan con para que las víctimas abandonen el mundo de la prostitución yen favor de su dignidad, integración, protección y promoción.

Un trabajo que se enmarca en la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad humana, dedicado a atender a todos los grupos de personas que, por diversos motivos, están relacionados con el mundo de las migraciones y de la movilidad humana. Por eso, esta subcomisión está integrada por diversos departamentos que acompañan a los migrantes y refugiados, los niños y niñas migrantes solos, las víctimas de la trata de personas, la población gitana, las gentes del mar, los feriantes y circenses, también la pastoral de la carretera y la pastoral del turismo.

En cualquier caso, no solo se enfoca en ayudar a las víctimas directas, sino también en informar y educar a aquellos que no están tan familiarizados con el tema. El departamento organiza actos, conferencias o exposiciones durante el año para dar visibilidad a este drama «invisible» para la sociedad. Trabajan junto a colegios y parroquias en nuevas unidades didácticas basadas en testimonios directos víctimas del trata de personas.

Este problema siempre ha estado presente peroaun asi el Papa Francisco lo califica como una “moderna forma de esclavitud” puntuando en su “invisibilidad”.

Cada 8 de febrero se celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas. Este año Francisco dio a entender que la trata no solo está presente en las calles sino que hay “múltiples formas de explotación, incluso a través de matrimonios forzados, esclavitud doméstica y laboral”, ha asegurado.

Según la resolución del 7 de julio de 2022, de la Secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, 415 de las 1.232 eran víctimas de explotación sexual. 398 eran mujeres adultas, a las que hay que sumar siete niñas.

Fuente: cope.es