Momodou es de Gambia, tiene 18 años y cuenta los días del calendario hasta reunirse con dos amigos que aún no conoce, pero que ya considera como tales. «Voy a poder ayudarlos, he pasado por Canarias como ellos y sé la situación que han vivido, quiero enseñarles Madrid y les voy a llevar a mi equipo de fútbol», cuenta a Alfa y Omega en un español correctísimo, pese a que solo lleva nueve meses estudiándolo en el Servicio Capuchino para el Desarrollo y la Solidaridad, más conocido como SERCADE.
Esta institución será la encargada de coordinar la atención a dos menores hacinados en Canarias y que, independientemente de lo que hagan los Gobiernos nacional y autonómico, llegarán a la capital el próximo 12 de agosto para hacer uso de los recursos de los capuchinos. «En este momento en que hay un debate público sobre si se acoge o no, la Iglesia ni se lo plantea y se lanza», declara a Alfa y Omega Xabier Parra, director de SERCADE. Explica que esta organización «trata de hacer una intervención muy vinculada a las comunidades de destino», por lo que no es solo «una prestadora de servicios», sino una apuesta de acogida «de mayor calidez». Aparte de alojarse en dos de los 30 recursos residenciales de larga duración de los capuchinos, los jóvenes que llegarán en agosto se pondrán bajo el paraguas de los 50 técnicos y 500 voluntarios de SERCADE. «El 90 % de nuestra actividad la desarrollan voluntarios», recalca Parra. No serán los únicos implicados, porque «trabajamos con otras congregaciones como la familia vedruna».
Este trabajo en red es clave para encontrar aliados y esquivar el abandono al que en ocasiones se ven abocados los menores en los que la Administración se niega a invertir. En Casa Boza —el hogar de Momodou desde este febrero— «vivimos once chicos aparte de mí». Con ellos y con «los otros chavales también en pisos de SERCADE, hacemos muchos talleres y actividades». Empezando por el Programa Afrique, diseñado por los capuchinos para un arraigo rápido y efectivo de los migrantes, y donde este gambiano aprendió castellano en tiempo récord.
Los usuarios de SERCADE cuentan también con «itinerarios formativos para conseguir certificados de profesionalidad» y así tener una herramienta reconocida con la que ganarse la vida. «Buscamos que sean lo más autónomos posible», recalca Parra. Señala que, pese al rechazo de algunas formaciones políticas hacia estos menores, «sí cuentan con la protección necesaria y al año pueden tener papeles y estar trabajando».
Preguntado explícitamente sobre las declaraciones de parlamentarios asociando a estos adolescentes con «violaciones y machetazos», Xabier Parra se toma unos pocos segundos antes de contestar con «asombro, estupefacción y consternación» que es «una radical mentira». «Y yo no soy precisamente una persona que edulcore la migración, tiene aristas de pobreza y exclusión», matiza, «pero la experiencia de todas las entidades que trabajan con migrantes es enormemente positiva». No rehúye la polémica y señala que «las personas que se han visto obligadas a tomar caminos que no deben son una minoría absoluta». «Cualquier discurso diferente de este es directamente mentira», reitera.
«Si hay voluntad, se puede»
Comparte las valoraciones de Parra su tocayo Xabier Gómez, dominico y director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española. Advierte de que el rechazo explícito a los menores «no es algo que haya empezado ahora». «Hay una cultura de la hostilidad», añade, y denuncia que hay quienes intentan «despersonalizar» a los recién llegados «diciendo que no son niños». «Se les roba la identidad para manipular la conciencia de las personas», condena.
En una clave más positiva, Gómez celebra que con estas primeras llegadas a Madrid se ahonde en los Corredores de Hospitalidad. Son una iniciativa de la Conferencia Episcopal que la archidiócesis de Madrid ha impulsado a través de la Mesa por la Hospitalidad de la que forma parte SERCADE junto a otras entidades como CONFER, Pueblos Unidos, Justicia y Paz, la Comunidad de Sant’Egidio, la Delegación diocesana de Migraciones, la Vicaría de Pastoral Social e Innovación y la Vicaría de Acción Caritativa.
«Dentro de nuestras posibilidades, que no son las de las administraciones públicas, con más competencias y medios, demostramos que cuando hay voluntad se pueden realizar estos traslados», reivindica el dominico. Añade que «este no es un gesto concreto en un contexto puntual», sino que sigue la estela marcada anteriormente por esta iniciativa de la archidiócesis. A su juicio, «señala la dirección correcta» pues, al igual que las autonomías se han comprometido al reparto de menores en Canarias, «nosotros debemos promover modelos de acogida integral y solidaridad entre territorios, en nuestro caso, las diócesis, que son Iglesias hermanas».
Fuente: alfayomega.es
Leave A Comment