Los responsables de Migraciones expresan “su solidaridad con las víctimas de la guerra en Ucrania y el resto de 30 conflictos armados en el mundo, así como su compromiso con la paz, la acogida y protección de todo tipo de personas migradas, refugiadas y desplazadas”
Bajo el lema “Caminando juntos en comunidades acogedoras” y organizadas por el Departamento de Migraciones de la CEE, del 22 al 24 de abril han tenido lugar en Ciempozuelos (Madrid) las XLI Jornadas de Delegados diocesanos y agentes de pastoral con personas migradas con la participación de 92 representantes de diversas diócesis, 75 de ellos en modo presencial y diversos expertos invitados.
Las Jornadas fueron inauguradas por D. Juan Carlos Elizalde, obispo presidente de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana, y contaron con dos comunicaciones marco a cargo de D. Jose Cobo, obispo responsable del Departamento de Migraciones y D. Mario León, prefecto apostólico del Sahara Occidental.
Así mismo, tuvieron lugar dos mesas redondas con experiencias sobre comunidades-parroquias acogedoras (Zaragoza), unidades pastorales revitalizadas por la acogida y la solidaridad con personas migradas (Vitoria), el trabajo en red de las delegaciones de Sevilla y Alicante, experiencias de repoblación en el ámbito rural (Pueblos con Futuro) y de los corredores humanitarios promovidos por la Comunidad de San Egidio, y la experiencia del diálogo interreligioso en el Sáhara.
Finalmente se contó con la experiencia «Caminem junts en la diversitat» a cargo de Joan Cabot, delegado de Migraciones de la Archidiócesis de Barcelona. Durante el fin de semana los asistentes trabajaron en torno al tema de la identidad y misión de la pastoral con personas migradas y conocieron el Informe-Diagnóstico sobre Pastoral con Personas Migradas en España realizado con la aportación de más de 30 diócesis. En un ambiente muy cordial de convivencia, oración, intercambio de experiencias, reflexión, celebración y trabajo, los participantes acordaron lo siguiente:
1.- Expresar su solidaridad con las víctimas de la guerra en Ucrania y el resto de 30 conflictos armados en el mundo, así como su compromiso con la paz, la acogida y protección de todo tipo de personas migradas, refugiadas y desplazadas.
2.- Promover en todas las diócesis Círculos de Silencio como acción común y gesto profético eclesial en apoyo a las justas demandas de las personas migradas, tratando de buscar mayor unidad en torno a la realización de los mismos (método, acciones, contenido, etc).
3.- Generar un Directorio o base de datos con los recursos disponibles en cada diócesis al servicio de la pastoral con personas migradas y la movilidad humana. Entre otros objetivos, con el fin de crear una Ruta de hospitalidadentre diócesis de frontera, de tránsito y destino hacia otros países europeos o en España. Así como para estar preparados cuando sea necesario activar las delegaciones diocesanas en la colaboración con los tan necesarios y demandados corredores humanitarios.
4.- Contribuir a la integración de familias migradas que quieran realizar su proyecto vital en el ámbito rural y su revitalización, participando e impulsando la experiencia iniciada por la Mesa del Mundo Rural del Departamento. Para ello, las delegaciones interesadas se comprometen en la búsqueda de familias candidatas, así como en la búsqueda de viviendas para ser alquiladas.
5.- Seguir cuidando la identidad y misión, ofreciéndose como delegaciones, al servicio de la coordinación y la complementariedad en cada diócesis y entre diócesis, tendiendo puentes, trabajando en red y por proyectos que fomenten transversalmente la sensibilización de todo el Pueblo de Dios.
6.- La respuesta pastoral integral al signo de los tiempos que constituye la migración seguirá siendo contribuir a la conversión personal y pastoral desde comunidades acogedoras y misioneras.
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